Este capítulo destaca que el aumento sostenido de eventos de calor extremo, exacerbados por la crisis climática, representa un riesgo significativo para la salud, la economía y la seguridad de las personas en la Región Metropolitana de Santiago. La situación es más crítica en algunas zonas y para algunos grupos particularmente vulnerables, como personas de la tercera edad, enfermos crónicos, mujeres embarazadas, niños y quienes tienen problemas de salud mental. A pesar de lo anterior, se evidencia la ausencia de políticas públicas enfocadas a la gestión de emergencias o un plan de adaptación con medidas urbanas, económicas y sociales orientadas a la resiliencia. A partir de un análisis comprehensivo del riesgo asociado al calor extremo para el Gran Santiago y un estudio de políticas públicas comparadas en 17 ciudades con desafíos similares, se propone que la Región Metropolitana cuente con un plan para la prevención y gestión de la amenaza del calor extremo que incorpore un sistema de alerta temprana, planes de acción específicos para distintas instituciones, y una hoja de ruta a mediano y largo plazo para mejorar la resiliencia urbana y social de la ciudad. Con esto, se busca crear una gobernanza efectiva, asignando responsabilidades claras y proporcionando recursos adecuados para políticas públicas proactivas y adaptativas para enfrentar el calor extremo, mitigando sus efectos adversos en la población y el entorno.